Imitación de Jesucristo en Nazaret
Con la ofrenda de su trabajo a Dios, la monja Adoratriz se asocia a la propia obra redentora de Jesucristo, que dio al trabajo una dignidad sobreeminente trabajando con sus propias manos en Nazaret.
La Adoratriz, mientras procura con su trabajo los medios necesarios para el sostenimiento de la comunidad, imita a Cristo cuyas manos se ejercitaron en el trabajo.
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